Encarnada Poesía

Eli Sosa es habitante desde hace seis años de Villa Cerro Azul. Participa del Colectivo “Escritoresas” de Sierras Chicas que se reúne en la biblioteca comunal y organiza junto a Sol Altamira encuentros de poesía y música. En esta charla con La Unión, imagina los recovecos y la materia de que se compone la poesía serrana. 

Por Sofía Coronel Ojeda.

“Me considero escritora hace un montón de tiempo pero quizá me daba pudor nombrarme. Eso cambió desde que empezó a ser una práctica diaria, y empecé a ver con ojos de escritora, saborear la vida desde ese lugar”, cuenta Eli a modo de autopresentación.

-¿Cómo te iniciaste en la poesía?

-Escribo desde que aprendí a escribir, como una forma terapéutica o una forma de vivir, directamente. En mi adolescencia sentía que los libros eran mis compañeros, que encontraba ahí muchas pistas para resolverme. Creo que los libros, además de traer historias, son palabras al viento que despiertan conductos en el laberinto de la mente, puertas. Muchas veces para mí eso es la palabra.

Eli comenta que escribe y dice “en clave musical, entonces cuando descubrí que leer en voz alta podía captar tanto la atención de las personas, las miradas, decidí anotarme en lugares donde pudiera leer en voz alta”. Así fue como llegó a concursar en el Slam Argentina, una competencia en la que la interpretación corporal de la poesía es protagonista. “Para mí lo mejor fue que estuviera unida la escritura a la expresión del cuerpo, el manejo de la voz, la gestualidad”, explica.

En esta línea, los intercambios con gente que hace freestyle y rap fueron claves para reconfigurar sus formas de decir. “Siempre voy juntándome con gente nueva que va tiñendo mi escritura y mi forma de escribir. Me parece que está bueno salir del modo individualista, desde las sombras y dejarnos teñir por otras voces sensibles que, en definitiva, es lo que nosotras tomamos de este movimiento de slam latinoamericano donde la poesía visceral está diciendo cosas y está diciéndolas muy fuerte”.

En cuanto a las lógicas de publicación, la escritora revela que utiliza periódicamente las redes sociales, en instagram se la puede encontrar como @eli.riosalvaje y en facebook como Elisa Marcela Sosa. “Ahí también se da una cuestión interesante para mí que es la interacción con la gente. Cuando se dan las interacciones y de la virtualidad pasa a la realidad y te encontrás con la gente que te lee en el pueblo, es muy impactante y también muy satisfactorio porque esa llegada se hace palpable y lo que primero era un rumiar en tu cabeza, existe”, expresa.

-¿Qué es la poesía?

-Es como una matemática perfecta de los ciclos, y en esa cosa de captarla, poder bajarla a través de la palabra, que a veces queda corta y que es necesario utilizar la musicalidad para poder llegar expresar lo que una siente, está la poesía. Y después este amasarla para llegar a esos puntos exactos, este corregir, modificar, tocar la poesía para poder llegar a esos puntos exactos que nos dio la sensación que vivimos. Siempre lo digo, para hacer poesía necesitás tiempo de poder sentarte y estar ahí con el texto que captaste y poder modificarlo en ese momento, tocarlo o no. Para poder darle los matices exactos de lo que una ha captado porque si no después te olvidás. Eso es la poesía para mí. La música de la vida”.

-¿Cómo vive quien escribe?

-Creo que cualquier cosa respecto del arte tiene mucho que ver la estructura, de dónde venís, si tenés casa propia, si tenés plata, si tenés gente que te banque. Esas cuestiones son reales, existen. Influye un montón el hecho desde dónde partís. Tuve muchas oportunidades en la vida pero también vengo de una villa y siempre para ser independiente, ser libre, tengo que surfear, buscarle la vuelta todo el tiempo. A veces me incomoda hablar de eso pero aparece igual en mis relatos, directa o indirectamente. Estoy atravesada por las estructuras sociales y económicas por ser mujer, pobre y marrón y todo lo que implica todo eso. Por eso también escribo, más allá del placer y la cuestión terapéutica, porque siento que tengo que decir un montón de cosas que no son dichas porque la historia fue escrita por otros. Entonces tomar la posibilidad que tengo en este momento de la historia de poder decir, y que me lean, y ejercer ese poder que aunque parezca pequeño tiene impacto en algunas vidas, incluida la mía, eso, para mí es importante”.

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